El lunes una luciéraga entró por la puerta de mi dormitorio justo antes de quedarme dormido.
El jueves caminaba por el centro de la ciudad y una niña muy pequeña saludó a un indigente que pedía limosna en una esquina, él también la saludó a ella y ambos sonrieron mientras la mamá de la pequeña la tironeaba de la mano para que se alejara de él.
Ayer entré a la cocina y encontré a mi mamá sola bailando una alegre canción que sonaba en la radio junto a una olla de tallarines que saltaba como avisando que estaba lista.
Estas tres cosas fueron para mí una breve muestra de que se debe disfrutar de la vida y apreciar la belleza de las cosas simples, cada pequeño suceso, cada sencillo minuto...
Hoy es domingo y no creo que durante UNA semana hayan sucedido solo tres cosas con esa característica tan maravillosa. Creo que hace falta agudizar más la vista y el oído para captar mejor por lo menos UNA al día, SIETE por semana, TREINTA al mes...
(foto robada de wwwfotografiasyfotografias.blogspot.com, espero que Claudia no se enoje)
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