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viernes, 30 de noviembre de 2012

CANDADOS Y CLICKS

A pesar de vivir en un sector bastante céntrico y concurrido de Temuco, en varias oportunidades han intentado entrar a mi casa a robar y en dos lo han logrado. Razón por la cual decidimos poner rejas en las ventanas y en la puerta de entrada de la casa. Con las ventanas no hay problema, pero con la puerta de entrada la cosa está más difícil, porque al cerrar la reja con candado se hace imposible tocar el timbre de la casa para quienes lleguen a visitar. Por lo tanto durante el día la dejamos abierta, y en las noches o cuando no hay nadie la cerramos. 

No obstante debo admitir que hay momentos en que resulta muy cómodo cerrar con candado la reja durante el día si es que estoy ocupado o si no quiero ser molestado. Confieso que a veces, cuando estoy solo, cierro con candado y me tomo una siesta sabiendo que nadie podrá tocar el timbre para despertarme.

Hace unos días un amigo de facebook puso una publicación que me disgustó bastante, no por lo que decía sino porque este amigo suele poner cosas que a mí no me gustan... Descubrí que uno puede configurar su cuenta de tal modo que en el "inicio" no aparezcan las publicaciones de algunas personas. Con sólo un click puedo quedarme con lo que a mí me acomoda y evitar ver esas cosas que me desagradan... 

¡Qué fácil es quedarse con lo que a uno le conviene! ...Pero que dañino es también. 
¡Salgamos al encuentro de ese que es diferente! ¡Es la mejor forma de crecer!

sábado, 10 de noviembre de 2012

FRAGILIDAD

¡Qué frágil es la vida!
Hoy fui al funeral de un ex alumno del colegio donde trabajo. Un joven de tan solo 20 años (cumplidos el mismo día de su muerte) que, como dijo el pastor, en un segundo acabó su vida.

¿Qué hacer para que la vida valga la pena aún cuando sea breve? Disfrutar, construir, compartirla.

lunes, 29 de octubre de 2012

LOS BUENOS EXTREMOS (2nda parte)

De pronto vi al caballero que estaba delante de mí. Sus ojos serenos, su atención centrada en el pequeño y su sonrisa inconmovible en el rostro. Hasta le empezó a hacer gracias a este angelito. 

No pude enojarme. 
Ese caballero, bastante mayor que yo, bastante más cansado seguramente, había optado por permanecer tranquilo y sacar provecho de la situación, de contemplar y disfrutar al niño. Yo en cambio -joven, con la vida por hacer- me había enfrascado en un sentimiento de angustia e ira sin ninguna razón de peso. En ese lugar sólo eran felices el viejo y el niño.

Los niños van. Los viejos vienen de vuelta.
Los jóvenes creemos que avanzamos, pero estamos parados más veces de lo que somos capaces de darnos cuenta.

miércoles, 3 de octubre de 2012

LOS BUENOS EXTREMOS (1era parte)

Aun ando medio "tiritón". Hoy me pasó algo trágico en el colegio: casi mato a un niño. ¡Sí! ¡No estoy exagerando! Iba saliendo de la inspectoría y cuando abrí la puerta (esas típicas de aluminio) un pequeño de 2° básico pasó corriendo y chocó contra ella golpeándose brutalmente fuerte su cabecita. Rompió en llanto por el dolor, y ni hablar cuando vio la cantidad de sangre (que de verdad era muchísima) que le caía desde la frente. Lo tomé y junto a otra profesora y una alumna de 4to medio lo llevamos al baño, a lavarlo... Mi suéter aún está manchado de sangre. Sin embargo, él no estaba enojado conmigo, al contrario me abrazaba fuerte en busca de consuelo cuando lo llevé en brazos al baño.

El día lunes estaba haciendo fila en el banco y llegó la infaltable señora con su molestoso hijo. El niño de unos 9 años no dejaba de pasar por entremedio de los que estábamos ahí, tomaba cosas del suelo y las tiraba nuevamente, gritaba todo el rato, movía los separadores de la fila abriendo unos espacios y cerrando otros...
- ¡Ángel! ¡No!- decía inútilmente la mamá cada veinte segundos. El niño, por supuesto, no hacía caso. En un minuto tomó la huincha de un separador y "cerró el paso" hacia la caja.
El primer perjudicado fue un abuelo que esperaba su lugar para pasar a la caja...
- ¡Ángel, deje pasar al caballero, pues!- decía sin resultados una vez más, la mujer.
- Es que no le toca todavía.- Respondió el angelito (de verdad se llamaba Ángel), y apenas salieron de su boca esas palabras empecé a pensar en una respuesta para cuando me tocara a mí ser el perjudicado. Yo ya estaba totalmente irritado.


domingo, 23 de septiembre de 2012

Y HUELLAS PROFUNDAS

A veces las decisiones maduras duelen
pero confío en que son para mejor.

Cada paso deja huellas, y huellas muy profundas


sábado, 21 de julio de 2012

EL FINAL DE LA TORMENTA

Este sitio nunca ha pretendido ser un blog de fotografía, pero no puedo dejar de compartir esta foto de este gran sitio (que sí es un consolidado blog de fotografía) que me cautivó profundamente.


jueves, 24 de mayo de 2012

CREER EN ELLOS


Según mi opinión, no hay mejor definición de la educación que su etimología. Ya lo he dicho antes: educar es sacar lo  mejor de cada persona.

Últimamente he compartido con profesoras y profesores bastante mayores que yo, y me duele ver en ellos esa indolente y tajante actitud frente a sus estudiantes: “Es que estos niños, son malos”, “no hay nada que hacer con este chiquillo”, “esa generación está perdida”… ¿Es posible educar desde esa concepción del educando, desde ese concepto de persona? ¿Es posible sacar lo mejor de cada persona si creo que no hay algo bueno en ella? ¿Es posible educar si no creo que hay algo bueno en el educando?

Yo creo en cada uno de mis estudiantes, por eso soy profesor.


Para todos mis estudiantes. Para cada uno de ellos en el tesoro que es.

miércoles, 21 de marzo de 2012

ÚLTIMOS PASOS

En exactamente una semana, ya habré dado mis últimos pasos como estudiante universitario. Hoy vivo una mezcla de emociones, entre miedo, nostalgia, alegría, relajo y nervios más o menos.

Sólo estoy seguro de que vienen rutas aún mejores y que he sido muy bien acompañado en todo este proceso. Gracias a todos los que estuvieron, están y seguirán estando.


Foto robada del espléndido blog de Rodisi.

martes, 28 de febrero de 2012

MIRADA DE VUELTA


Me subo a la micro y un joven de unos 20 años me miró fijamente con cara de "yo te conozco".
No dijo nada. Se cambió de puesto y podía sentir su mirada en la nuca. Era incómodo. Se bajó y, de reojo, noté que se volteó a mirarme una vez más.

Cuando venía de regreso (en otra micro) subió una niña cuyo rostro me parecía muy familiar. La miré fijamente y ella me dijo amablemente "¿Cómo estai?". Yo, tardíamente, me saqué un audífono y le respondí "Bien ¿y tú?". "Bien, gracias" respondió ella mientras pasaba por al lado mío y se sentaba en el asiento de atrás.
Me picaban los ojos por darme vuelta a mirarla y estudiarla para saber de donde la conocía, quién era, etc.

Cuando se bajó me volteé para buscar en su rostro alguna pista, pero no hubo nada que me aclarara el panorama.

miércoles, 15 de febrero de 2012

POBREZA, FLOJERA Y CEGUERA (2nda parte)

No fue el derrame cerebral lo más grave de esta historia, sino la razón por la cual le dio ese derrame: el 9 de enero su esposa encontró a su hijo muerto, colgado en la quinta de su patio. La presión fue tanta que en el mismísimo funeral de su único hijo le dio el derrame privándolo de enterrarlo y ver el féretro por última vez.

Dice mi mamá que cuando habló con él era como hablar con un chiquillo de nueve años, empapado en lágrimas y abundante de sollozos. No supo mucho qué decirle más que darle su apoyo, ofrecerle el teléfono, y ayuda con los trámites y papeleos. Permaneció y permanece sumido en la amargura, pero no puede darse el lujo de perder más días de trabajo, tiene que salir a vender sus productos, aunque ¿para qué si ya no tiene un hijo que mantener? ¡Tanto le costó darle educación a su hijo! Caminando a diario muchas cuadras, tocando muchas puertas, para escuchar muchas veces "No, gracias, casero. Quizás mañana".

Me pregunto si ese muchacho se habrá quitado la vida porque tenía flojera de seguir viviendo, porque estaba ciego de tantas oportunidades que la vida la ha dado... LO DUDO.

ESA GENTE es pobre, porque no ha tenido las oportunidades que otros hemos tenido.
ESA GENTE es pobre, porque algunos han tenido flojera de dejar la comodidad de sus vidas, aunque sea a costa de pobres cada vez más pobres.

ESA GENTE que mencioné al principio de esta entrada es la que se ha vuelto un poco ciega... incluyéndome/nos.



Esta ES una historia REAL... y seguramente hay muchas similares que duermen en el anonimato.


martes, 14 de febrero de 2012

POBREZA, FLOJERA Y CEGUERA (1era parte)

Hace unos días estaba escuchando silenciosa y disimuladamente una conversación de una familia a la cual estimo mucho y con quienes he tenido bastante contacto este último tiempo. Ellos tienen una buena situación económica. Aunque hasta donde sé, no siempre ha sido así y vivieron experiencias duras en algunos pasajes de su vida, pero económicamente creo que se han mantenido sólidos.
El tema de conversación era la pobreza, particularmente en el mundo mapuche.

- Lo que pasa es que los mapuche son flojos.- dijo alguien.
- ...si ahora les dan hasta tractores y ni los usan.
- Pero si a los pobres les conviene ser pobres, porque el gobierno y la gente les dan de todo. Después agarran esas cosas y las venden, porque si los clasifican como clase media dejan de darles todos los beneficios que les dan.

En fin... la conversación siguió ese rumbo así por un largo rato. La postura era similar en todos los presentes, o por lo menos nadie (incluyéndome) salía en defensa de los perjudicados.

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Desde años en mi casa le hemos comprado hortalizas y verduras a un "casero" (aunque está mal empleada la palabra porque casero es el que compra, en este caso) que pasa casi a diario a vendernos. Es un hombre de 62 años, bastante pobre, de origen mapuche, carga con dos o tres bolsas grandes llenas de productos que él mismo cultiva en su huerto y vende a un precio no tan distinto al de un supermercado.

La relación entre él y nuestra familia se ha fortalecido con los años, aunque sigue siendo una relación vendedor-cliente cada vez se vuelve más cálida. ¿Cómo no, si lo vemos más días al año que a muchos de nuestros parientes más cercanos? Cuando su hermano estuvo enfermo mi mamá lo ayudó llamando al hospital y leyéndole algunos certificados y papeles, porque, como es claro, no sabe leer.

Mi mamá estaba muy extrañada, porque hacía varias semanas que no pasaba por la casa a vender. Hasta que el día sábado reapareció. Flaco, viejo y evidentemente deprimido. Había estado hospitalizado por semanas debido a un derrame cerebral.