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martes, 28 de febrero de 2012

MIRADA DE VUELTA


Me subo a la micro y un joven de unos 20 años me miró fijamente con cara de "yo te conozco".
No dijo nada. Se cambió de puesto y podía sentir su mirada en la nuca. Era incómodo. Se bajó y, de reojo, noté que se volteó a mirarme una vez más.

Cuando venía de regreso (en otra micro) subió una niña cuyo rostro me parecía muy familiar. La miré fijamente y ella me dijo amablemente "¿Cómo estai?". Yo, tardíamente, me saqué un audífono y le respondí "Bien ¿y tú?". "Bien, gracias" respondió ella mientras pasaba por al lado mío y se sentaba en el asiento de atrás.
Me picaban los ojos por darme vuelta a mirarla y estudiarla para saber de donde la conocía, quién era, etc.

Cuando se bajó me volteé para buscar en su rostro alguna pista, pero no hubo nada que me aclarara el panorama.

miércoles, 15 de febrero de 2012

POBREZA, FLOJERA Y CEGUERA (2nda parte)

No fue el derrame cerebral lo más grave de esta historia, sino la razón por la cual le dio ese derrame: el 9 de enero su esposa encontró a su hijo muerto, colgado en la quinta de su patio. La presión fue tanta que en el mismísimo funeral de su único hijo le dio el derrame privándolo de enterrarlo y ver el féretro por última vez.

Dice mi mamá que cuando habló con él era como hablar con un chiquillo de nueve años, empapado en lágrimas y abundante de sollozos. No supo mucho qué decirle más que darle su apoyo, ofrecerle el teléfono, y ayuda con los trámites y papeleos. Permaneció y permanece sumido en la amargura, pero no puede darse el lujo de perder más días de trabajo, tiene que salir a vender sus productos, aunque ¿para qué si ya no tiene un hijo que mantener? ¡Tanto le costó darle educación a su hijo! Caminando a diario muchas cuadras, tocando muchas puertas, para escuchar muchas veces "No, gracias, casero. Quizás mañana".

Me pregunto si ese muchacho se habrá quitado la vida porque tenía flojera de seguir viviendo, porque estaba ciego de tantas oportunidades que la vida la ha dado... LO DUDO.

ESA GENTE es pobre, porque no ha tenido las oportunidades que otros hemos tenido.
ESA GENTE es pobre, porque algunos han tenido flojera de dejar la comodidad de sus vidas, aunque sea a costa de pobres cada vez más pobres.

ESA GENTE que mencioné al principio de esta entrada es la que se ha vuelto un poco ciega... incluyéndome/nos.



Esta ES una historia REAL... y seguramente hay muchas similares que duermen en el anonimato.


martes, 14 de febrero de 2012

POBREZA, FLOJERA Y CEGUERA (1era parte)

Hace unos días estaba escuchando silenciosa y disimuladamente una conversación de una familia a la cual estimo mucho y con quienes he tenido bastante contacto este último tiempo. Ellos tienen una buena situación económica. Aunque hasta donde sé, no siempre ha sido así y vivieron experiencias duras en algunos pasajes de su vida, pero económicamente creo que se han mantenido sólidos.
El tema de conversación era la pobreza, particularmente en el mundo mapuche.

- Lo que pasa es que los mapuche son flojos.- dijo alguien.
- ...si ahora les dan hasta tractores y ni los usan.
- Pero si a los pobres les conviene ser pobres, porque el gobierno y la gente les dan de todo. Después agarran esas cosas y las venden, porque si los clasifican como clase media dejan de darles todos los beneficios que les dan.

En fin... la conversación siguió ese rumbo así por un largo rato. La postura era similar en todos los presentes, o por lo menos nadie (incluyéndome) salía en defensa de los perjudicados.

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Desde años en mi casa le hemos comprado hortalizas y verduras a un "casero" (aunque está mal empleada la palabra porque casero es el que compra, en este caso) que pasa casi a diario a vendernos. Es un hombre de 62 años, bastante pobre, de origen mapuche, carga con dos o tres bolsas grandes llenas de productos que él mismo cultiva en su huerto y vende a un precio no tan distinto al de un supermercado.

La relación entre él y nuestra familia se ha fortalecido con los años, aunque sigue siendo una relación vendedor-cliente cada vez se vuelve más cálida. ¿Cómo no, si lo vemos más días al año que a muchos de nuestros parientes más cercanos? Cuando su hermano estuvo enfermo mi mamá lo ayudó llamando al hospital y leyéndole algunos certificados y papeles, porque, como es claro, no sabe leer.

Mi mamá estaba muy extrañada, porque hacía varias semanas que no pasaba por la casa a vender. Hasta que el día sábado reapareció. Flaco, viejo y evidentemente deprimido. Había estado hospitalizado por semanas debido a un derrame cerebral.