Ella ha sido testigo de cómo nos ha cambiado la vida estos tres años.
Cuando ella llegó éramos 5 en la familia. Murió mi abuelita y quedamos sólo 4.
Ella se enteró, junto con nosotros, de que Osvaldo se casa y se iría a final de año. Quedaríamos solo 3.
Mañana, en el día de su cumpleaños, será el primer día de trabajo de Francisco, fuera de casa, en Chillán. Noticia que nos ha encontrado desprevenidos, muy desprevenidos (Pero nos alegra profundamente). Sólo quedaremos mi mamá y yo.
Siempre pensé que sería el primero en irse de casa. Y, lo admito, pensé que Pancho sería el último.
Hoy almorcé sólo con mi mamá, y me dijo "se me está desgranando el choclo". Nadie hubiese pensado hace tres años que estaríamos en la que estamos ahora: dejando el nido... separándonos como familia, pero ¡sólo físicamente, eh!
¿Qué pasará en tres años más? ¿Dónde estaré sentado escribiendo para este blog? ¿Amapola seguirá siendo testigo de nuestras vidas?
La vida camina, da pasos claros, da pasos duros, da pasos inesperados... pero nunca deja de caminar.
La vida camina, da pasos claros, da pasos duros, da pasos inesperados... pero nunca deja de caminar.