Camino a la Quinta Normal , al transantiago se sube un hombre con un aspecto bastante intimidante: con tatuajes por todo el cuerpo, aros en la oreja y nariz, y una mirada muy sospechosa.
Se paró junto a la puerta de la micro y permaneció ahí hasta que una señora tocó el timbre para bajar. Ella llevaba un gran bolso. Él fue el único que no vaciló en ayudarla a bajar.
Misma situación en el metro: Hombre con aspecto muy “flaite” fue el primero en dar el asiento a una hermana que iba con nosotros.
Si leo el diario es muy probable que algunos personajes de similar aspecto hagan noticia por sus delitos, robos y tropiezos.
Yo prefiero escribir sobre ellos. Sobre lo que nos tapan la boca y nunca salen en las noticias.
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