Hace meses no lo hacía.
Fui solo.
En el camino al campo santo me di cuenta de algo que sólo noté recién después de 24 años llendo a ese lugar: el camino al cementerio te prepara sutilmente para llegar ahí.
¿Cómo? Los alrededores del lugar están llenos de florerías que inevitablemente inundan el lugar del aroma de las rosas, de los claveles, los lilium, pensamientos, ilusiones, no-me-ovides, hortensias y otras tantas... Esos olores van preparando nuestro corazón para que no se nos ovlide hacia donde vamos.
Ese aroma a flores nos dice que vamos a visitar a nuestros seres queridos que han partido. Por eso en muchos casos las flores nos provocan nostalgia, pena o alegría. Está claro, eso sí, que los olores siempre nos provocan algo.
Las imágenes nuevamente se las he robado a Noemí.
Vaya! que sorpresa de nuevo! me alegro que te gusten... en breve subiré alguna mmás de flores, que las tengo muy olvidadas jeje
ResponderEliminarBesotes!
¡Pues es que me han gustado mucho tus fotos Noemi!
ResponderEliminarsaludos!