Anoche soñé contigo.
Recién habías nacido y no parabas de moverte, ibas de un lado a otro, saltando... ¡¡¡aun siendo pequeñita!!!!
Te dejo a ti la tarea de ser inquieta, de no parar de moverte, de nunca conformarte y de siempre buscar.
Ya venías sonriendo. Tu boquita era pequeña, pero tu sonrisa reflejaba una gran alegría.
Esa tarea déjamela a mí, que yo seré quien te haga reir, yo me dedicaré lo que me reste de mi vida a hacerte feliz.
Llega pronto, Celeste Agustina. Te estamos esperando ansiosos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario