La señora Lidia -auxiliar del colegio- barría el patio central del establecimiento después del recreo, que estaba alfombrado de papeles.
- ¡Estos cauros cochinos, que dejan el piso lleno de papeles!- dije bromeando a la mujer.
- Si poh, pero ¿qué haríamos sin ellos?- respondió desde lo profundo de su corazón.
- Es verdad.- no pude responder otra cosa.
De pequeñas alegrías, de eso se trata :)
ResponderEliminarSaludos Pollo!
Hola!! entro para saludarte, voy a echar un vistacito a los flikr que has puesto.
ResponderEliminarBesotes!
Pues sin ellos... nada. Muy sabia esta señora, sí sí.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por dejar huella en mi blog, porque de ese modo pude seguirte hasta aquí.
ResponderEliminarMe gustan tus dos blog, me quedo en este para saltar al otro cada vez que te visite.
La meditación de esta entrada es muy simple pero profunda.
Te dejo cariños.
Gracias Edit... me alegra mucho leerte
ResponderEliminarCariños para ti =
ahora hay que hacer un sobreesfuerzo en educarles. Se engaña quien piense "que son buenos por naturaleza..."; porque son encantadores ... pero no siempre "buenos".
ResponderEliminarMás que un esfuerzo, creo yo es una oportunidad... un regalo
ResponderEliminarGracias por visitar Mateo