Amapola es el nombre de mi gata.
La tenemos en la casa hace casi dos años.
Es muy linda, gorda, peluda, suave, juguetona y muy divertida. Pero no es muy cariñosa. De hecho, cuando quiero hacerle cariño, no hace más que morderme y rasguñarme...
Sin embargo, cuando estoy apurado -listo para ir a clases por ejemplo- y aún así me doy un tiempo para acariciarla un poquito, pareciera ser que valora mucho más mi actitud.
Antes decía: "Ley de Murphy. Ahora que no tengo tiempo quiere regalonear". Pero ahora pienso que quizás ella le da mucho más valor a ese tipo de actos, cuando son realmente más difíciles de hacer.
Tiene más mérito el cariño, si estoy dándole parte de mi tiempo más valioso.
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